En un mundo alternativo, un dragón llamado Tipis atacó una vez a una comunidad y sólo se detuvo con la condición de realizar sacrificios humanos periódicos. La comunidad aceptó, ya que no tenían otra forma de detener a Tipis.
A lo largo de los siglos, la sociedad se adaptó a ello y ha desarrollado toda una cultura en torno al dragón, incluyendo creencias religiosas que justifican los sacrificios y una burocracia gubernamental que los facilita y compensa a los que se quedan. Los sacrificios son frecuentes y lo suficientemente grandes como para que casi todos los miembros de la comunidad hayan perdido a un ser querido a lo largo de su vida.
La ciencia ha avanzado hasta el punto de que se ha desarrollado un material que puede atravesar las escamas del dragón, lo que permite lanzar un ataque contra él. Sin embargo, el ataque puede fallar, y el Tipis podría tomar represalias contra la comunidad